Política económica y Covid-19
Dalibor Eterovic Managing Director & Economist The Rohatyn Group (TRG)
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Dalibor Eterovic
El sustento teórico para la acción concertada de la política monetaria y fiscal surge del balance entre salud pública y economía. Mientras más estrictas sean las medidas de contención del virus (cuarentenas, cierre de actividades no esenciales y distanciamiento social), mayor el impacto sobre la actividad económica. Los números son impresionantes. El FMI estima que la economía mundial tendrá la primera contracción desde los años 30, al caer 3% este 2020. En Chile, el IMACEC de abril se contrajo 14.1% en doce meses.
La respuesta de la política económica ha sido igualmente impresionante. El estímulo fiscal en el mundo desarrollado alcanza casi 8% del PIB, mientras que en los emergentes es en torno a 4%. Por el lado monetario, los bancos centrales han bajado tasas de interés en más de 100pb como promedio y casi todos están implementando algún tipo de estímulo no convencional. Lo que durante la crisis financiera global tomó meses e incluso años, hoy en día se despliega en semanas y con mucho mayor magnitud.
Los activos financieros han reaccionado bien a estas medidas. Después de caer 34%, la bolsa norteamericana ha recuperado más de dos tercios de la pérdida y está solamente 5% negativo en el año. Sin embargo, hay varias razones por las que no es claro que las políticas económicas implementadas sean las adecuadas para el contexto actual. En primer lugar, si bien el movimiento a la baja en las tasas de interés de largo plazo sugiere que el canal principal de traspaso negativo es la demanda, es evidente que este shock también tiene efectos fuertes sobre la oferta. Segundo, en este momento todavía es difícil distinguir cuánto del daño causado por la pandemia es de carácter transitorio y cuánto es permanente. Es difícil pensar que algunos sectores económicos vuelvan a operar en un ambiente similar a inicios de año.
Las políticas monetaria y fiscal no tienen el mismo impacto ante cambios permanentes. Acá vale la pena entregar un ejemplo. Si cambios en el comportamiento de los consumidores llevan a una disminución permanente en la demanda por un sector -turismo, restoranes, cines, eventos deportivos y musicales masivos, etc.-, toda la entrega de créditos y apoyo fiscal no va a evitar que finalmente haya cambios en la asignación de capital y trabajo hacia otros sectores, con las consiguientes quiebras que esto implica.
La política económica optima es, entonces, facilitar la movilidad de estos factores hacia sectores más productivos y apoyar la reinserción laboral de los trabajadores afectados durante el período de transición. Este apoyo es mucho más focalizado, pero también de más larga duración que las políticas actualmente implementadas. La potencial escasez recursos fiscales, especialmente en países emergentes como el nuestro, es un recordatorio de por qué es bueno guardar municiones para el futuro.